Fundación Marambio
Misión inédita
Expedición Argentina al Polo Norte

Desarrollo de las actividades

Estábamos por publicar la recopilación de información que enviaban la Primera Expedición Argentina al Polo Norte durante su travesía, pero recibimos de sus integrantes un link que nos llevó a una publicación en Internet de los Especiales de Clarín, que está tan bien elaborado con imágenes, desarrollo de la operación día a día, que dejamos de lado nuestro trabajo y se lo recomendamos a los lectores, haciendo clic aquí: http://especiales.clarin.com/mision-inedita-primera-expedicion-argentina-al-polo-norte , de la que publicamos un fragmento:

Diario de viaje de la primera expedición argentina al Polo Norte

El sueño de dos amigos terminó convirtiéndose en una misión histórica.

Para lograr su objetivo, los primeros argentinos que llegaron al Polo Norte no sólo debieron atravesar condiciones extremas en el Ártico, sino someterse a una intensa preparación durante un año en las montañas y en la Antártida.

Una vez, un exitoso director técnico de fútbol dijo: "Para lograr algo, primero hay que soñarlo".

Aquella mañana de septiembre del 2014 la alarma sonó temprano, pero al General Víctor Figueroa no le costó trabajo despegarse de la almohada, sabía lo que tenía que hacer.

Tomó las llaves del auto y un pequeño globo terráqueo que había comprado en una librería y manejó desde su hogar en Benavídez hasta la casa de su amigo Santiago Tito en Capital Federal (más tarde dirá que ésa fue la vez que más ansioso estuvo por llegar a la ciudad de Buenos Aires).

Sorpresiva fue esa visita sin aviso, en la que inmediatamente después del abrazo el dedo índice de Víctor marcó un punto en ese globo terráqueo: "Hasta acá tenemos que llegar".

La charla duró poco más de media hora y Figueroa volvió a su casa con la promesa de recibir el llamado de su amigo, lo que ocurrió a los dos días: "Lo pensé bien y en esto no podemos dudar, hay que ir".

La expedición al Polo Norte comenzaba a transformarse en realidad.

Santiago Tito, es el presidente de la Fundación Criteria, una institución que defiende el derecho a la libertad y la dignidad de la persona humana.

"Cuando me lo propuso me pareció una locura, pero después pensé que podía encajar en nuestra área de cambio climático y nuestra consideración sobre el medio ambiente", recuerda Tito. ¿??

Después de la llamada telefónica, la etapa que seguía era armar el equipo que completaría la travesía.

No resultó fácil la selección. Entre ambos fueron convocando a otros exploradores conocidos y con trayectoria para soportar el desafío.

Y así se armó la lista de los afortunados que tendrían la posibilidad de llegar al punto más boreal del planeta:

Gustavo Curti, Ignacio Carro, Mauricio Fernández Funes, Luis Cataldo, Emiliano Curti y Juan Pablo de la Rúa, además de Tito y Figueroa. Todos militares con un rango de edades de 28 a 59 años, todos con amplia experiencia en la montaña y en la Antártida.

DIFERENCIAS ENTRE LOS EXTREMOS OPUESTOS DEL PLANETA

"Los elegimos porque son instructores de esquí y andinismo y además formaron tropas de operaciones especiales en las montañas, con lo cual nos daban una buena base para entrenarnos pensando en el Artico", refleja Figueroa y recuerda lo mucho que costó prepararse para el desafío, que ya tenía al 28 de marzo de 2016 como fecha de partida desde la Argentina.

Una vez que se definió el equipo, los expedicionarios comenzaron a entrenar por su cuenta y a cambiar su alimentación.

Tenían un año para prepararse. Primero algunos viajaron hasta Caviahue, Neuquén, para empezar a tener contacto con el frío y la nieve, y más tarde otro grupo fue a Bariloche.

Pero el encuentro entre todos se dio en el Cerro Tronador, al pie de la Cordillera de los Andes, donde al fin se conocieron.

Allí convivieron diez días, trabajaron en equipo y compartieron los gustos en común: el mate, las canciones de Sui Generis y la pasión por Boca. 

Durante este año de preparación, parte de los integrantes del equipo estuvieron en la Antártida, lo cual sirvió para que trabajaran en ejercicios puntuales como técnicas de rescate en grietas y manejo del frío. Dos de ellos -Figueroa y Cataldo- ya habían conquistado el Polo Sur en el año 2000 y su experiencia era fundamental para el grupo.

MIRÁ EN DETALLE EL RECORRIDO

En una entrevista con Clarín, contarían después las diferencias entre los dos extremos del planeta.

En la Antártida, coinciden que lo más angustiante fue la monotonía.

Es que los días se parecían y "se mire a donde se mire todo es blanco, sin montañas, una especie de desierto en el que no se ven seres vivos más que algún ave extraviada".

Otra diferencia clave es que en el Sur debajo de la nieve hay tierra, mientras que el Norte es mar congelado, con el agua por momentos a menos de un metro de distancia de sus pies.

En el Artico no hay un lugar igual al otro y se forman montañas todo el tiempo debido a las corrientes marinas que chocan.

Eso provoca que se levanten témpanos desde el casquete polar.

"El ruido era constante y es similar a cuando apretás una bolsa con hielos contra una pared.

Eso multiplicado por mil, el sonido era algo terrorífico", explicaría luego Cataldo.

La expedición llamó la atención del Papa Francisco, quien antes de que partieran les dirigió una carta a los viajantes.

En su misiva, el Sumo Pontífice señaló que este tipo de propuestas "ayudan a tomar conciencia sobre la degradación del ambiente, el agotamiento de las reservas naturales, la contaminación y también la gravemente desigual distribución de las riquezas", al tiempo que añadió que esta aventura "muestra que con amor, con esfuerzo y trabajando en equipo, es posible transformar los viejos muros en puentes".

Este increíble viaje persiguió también fines científicos.

Es que, en acuerdo con el Instituto Antártico Argentino, el equipo asumió previamente la responsabilidad de tomar durante el trayecto una serie de muestras que servirán para elaborar un diagnóstico del estado actual de la región, que será contrastado con la información que se obtuvo en la zona de la Antártida.

La travesía se pautó para esa época del año porque se produce lo que técnicamente se conoce como la "ventana climática" que se da entre la salida del invierno y el inicio de la primavera.

Como contarán a este diario, para alcanzar la latitud 90º00''N el grupo avanzó unas 7 horas diarias a lo largo de diez jornadas y lo hizo bajo las condiciones más extremas: temperaturas que alcanzaban los 28ºC bajo cero y el permanente riesgo de que el casquete polar se quebrara durante el tránsito.

Diez días en los cuales temieron por el ataque de osos polares, establecieron la comunicación entre argentinos más distanciada de la historia y completaron una misión inédita: la primera expedición argentina al Polo Norte.

FUENTE: Especiales Clarín

Misión inédita - Diario de viaje de la primera expedición argentina al Polo Norte

EDICION: Adriana Santagati         PRODUCCION Y TEXTO: Mariano Gavira
DIRECTOR DE ARTE: Gustavo LoValvo     DISEÑO: Carlos Vazquez y Diego Pallanch
INFOGRAFIA: María Heinberg, Hugo Vasiliev y Florencia Caramignoli
FOTOS Y VIDEOS: Tommy Heinrich y Expedición Argentina al Polo Norte 2016
CLARIN WEB TV: Cecilia Vecchiarelli

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